El nombramiento de Tom Homan como zar fronterizo de Donald Trump para implementar la deportación de millones de inmigrantes indocumentados ha generado preocupación por sus efectos en la economía de Estados Unidos. Homan ha señalado que se buscará proteger a los trabajadores en sectores clave, como las lecherías, donde la mayoría de los empleados son mexicanos y muchos de ellos indocumentados.
Sin embargo, el impacto de las deportaciones masivas podría ser devastador, con estimaciones que indican un posible desplome del PIB de entre 1 y 2 billones de dólares, lo que afectaría gravemente el sector agrícola y de servicios. La Cámara de Comercio estadounidense ha subrayado que los inmigrantes son fundamentales para la economía, ya que el país enfrenta una escasez de trabajadores debido al envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad.
Estudios de la Oficina de Presupuesto del Congreso y la Reserva Federal destacan que el aumento de inmigrantes, tanto legales como indocumentados, ha tenido un impacto positivo en la economía de Estados Unidos. De no continuar esta tendencia, el PIB podría perder casi 9 billones de dólares en los próximos 10 años, lo que refleja la relevancia de los inmigrantes en el crecimiento económico del país.